Por David González Torres
Muchas de las emociones están por encima de las culturas: son universales. La esperanza, el miedo, el abandono, la alegría, el enamoramiento, la muerte, por citar algunos, son lugares comunes del ser humano. La literatura no es más que el reflejo artístico de dichos sentimientos. Contar es emocionar. Pero ¿cómo podemos narrar la reacción emocional de un personaje sin nombrarla de manera explícita; cómo enunciar que nuestro protagonista está triste, o se siente desamparado, sin pronunciar estas dos palabras?
lunes, 19 de enero de 2009
Correlato objetivo: cómo narrar para emocionar
Posted by Ms. D at 19.1.09
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